De ser un trabajador infantil a estudiar en un instituto de prestigio

Emmanuel Amon, 18 años, pasó la mayor parte de su infancia trabajando en los campos de tabaco de Malawi. Pero a dia de hoy, se prepara para entrar en la universidad después de graduarse de una prestigiosa escuela de secundaria. En nuestro último post en el blog, Emmanuel explica como la ILO le ayudo a dejar atrás los campos y a conseguir una educación.

Artículo | 20 de agosto de 2014


Emmanuel Amon, de 18 años, fue retirado del trabajo infantil con la ayuda del Programa de País de la OIT en Malawi. Recientemente completó sus estudios en una de las más prestigiosas escuelas de Malawi.











 


 

Una plantación de tabaco no es un lugar seguro ni sano para que un niño trabaje, pero era la única manera que tenía mi familia para sobrevivir. Mis padres son campesinos pobres y a duras penas lograban mantener a una familia de ocho con 20.000 kwacha, equivalentes a unos 50 dólares al año. No poseía nada. Mis padres cultivaban el tabaco y toda la familia tenía que trabajar. Trabajé desde que tenía cinco años; la escuela no fue nunca una opción para mí.

Me levantaba todos los días a las 4 de la mañana para ir a trabajar en una plantación de tabaco en el Distrito Kasungu. Durante la recolección, me enfermaba siempre a causa del polvo espeso y de los productos químicos. Me daban un almuerzo ligero al día y tenía que trabajar muchas horas en los campos. Era difícil para mí, porque entonces era sólo un niño pequeño. Los tallos que tenía que cargar eran muy pesados y vi a muchos niños que se lastimaban.

El momento decisivo llegó cuando el ministro de Trabajo de Malawi visitó el Distrito Kasungu para tratar de retirar a los niños de las plantaciones. A fin de eliminar el trabajo infantil, el Gobierno de Malawi y la OIT estaban trabajando a través del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) y su programa por país para combatir el trabajo infantil en Malawi. Mis padres me dijeron que el Gobierno me enviaría a la escuela pública más cercana. Por entonces tenía 12 años y me sentí muy afortunado.



Al principio dudé porque me encontraba lejos de mis padres y no estaba acostumbrado a ir a la escuela. Fue una señal de alerta. Me estaba quedando rezagado y me di cuenta de que si quería tener un futuro, tenía que estudiar aún más. Fue lo que hice.

Un año más tarde, me seleccionaron para seguir los cursos de la Academia de Kamuzu, el instituto más prestigioso de Malawi, situado en la aldea de Mtunthama. El Gobierno de la República de Malawi elige a una niña y a un niño de cada distrito, los que hayan obtenido los mejores resultados en la certificación de la escuela primaria, a fin de asignarles una beca completa para la Academia.

A lo largo de los últimos seis años, he podido estudiar latín, idiomas extranjeros, historia, religión, ciencias, inglés y economía. Para ganar un poco de dinero extra durante las vacaciones escolares, enseñaba en la escuela primaria. A los 18 años, terminé mis exámenes finales de estudios secundarios y este año obtengo el diploma de la Academia Kamuzu. Si logro conseguir ayuda económica, mi sueño es ir a la Universidad de Malawi, u otra universidad fuera del país para estudiar mercadeo o finanzas y administración. También me interesa estudiar ciencias agrícolas en la Universidad Lilongwe de Agricultura y Recursos Naturales (LUANAR).

Cuando me dieron la oportunidad de estudiar en la Academia de Kamuzu, me di cuenta de lo que realmente significa trabajar duro para obtener resultados. Experimenté la diferencia entre la vida en la plantación y la vida en la escuela. Supe que tendría un futuro brillante. Dependía sólo de mí crear la vida que deseaba.

Desde 2005, la OIT ha ayudado a eliminar más de 11.000 niños del trabajo infantil en Malawi a través de programas como SNAP. Para saber más.