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COVID-19 y igualdad de género

COVID-19: Las naciones del G7 deben hacer efectiva la igualdad de género para que el futuro de las mujeres en el trabajo sea mejor

Según una reunión de alto nivel sobre el papel de la mujer en el futuro tras el COVID-19, la lucha contra la profunda desigualdad de género debe formar parte de la respuesta de los países a la crisis.

Comunicado de prensa | 14 de mayo de 2020
© OIT
GINEBRA (OIT Noticias) – La Organización Internacional del Trabajo, ONU-Mujeres y la Unión Europea instan a los países del G7 a introducir medidas de promoción de la igualdad de género durante la crisis del COVID-19.

En una reunión virtual de alto nivel sobre el COVID-19 que reunió a ministros gubernamentales y directores ejecutivos, además de representantes de asociaciones de empresas y de sindicatos, de la sociedad civil y de movimientos mundiales de mujeres y del mundo académico de los países del G7, los participantes coincidieron en que el empoderamiento económico de la mujer debe formar parte de la respuesta a la crisis.

La pandemia ha agudizado las desigualdades ya existentes y ha evidenciado las deficiencias de los sistemas social, político y económico, incluso en relación con el acceso a los servicios de salud y a la protección social. Las mujeres que tienen responsabilidades familiares, los trabajadores informales, las familias de bajos ingresos y los jóvenes están viviendo una tensión especial. Desde que comenzó la crisis, ha habido un notable aumento de la violencia doméstica.

Los participantes instaron a las naciones del G7 a:
  • Diseñar y aplicar estrategias acordes con las normas internacionales del trabajo para solucionar los problemas de género relacionados con la COVID-19, con las que afrontar los nuevos desafíos de un mundo del trabajo cambiante.
  • Ampliar la protección social universal y hacer inversiones en la materia; entre otras cosas, dar acceso efectivo y asequible a una atención de la salud de calidad, ayuda a los ingresos y ayuda alimentaria inmediatas.
  • Asegurar que la ayuda a las empresas se dirija a las microempresas y a las pequeñas y medianas empresas propiedad de mujeres, así como a los sectores y ocupaciones más afectados, en los que la presencia de mujeres es mayoritaria.
  • Proporcionar equipos adecuados de seguridad y salud en el trabajo, capacitación y condiciones de trabajo dignas a los trabajadores sanitarios y a los demás trabajadores de primera línea.
  • En los planes nacionales de respuesta al COVID-19, prever recursos adicionales para hacer frente a la violencia contra las mujeres y las niñas.
  • Invitar a las empresas a que, en las respuestas de política en el lugar de trabajo, se comprometan a pagar un mismo salario por un trabajo de igual valor y a no tolerar el acoso sexual.
  • Alentar a las partes interesadas del sector financiero a que aceleren la promoción de una conducta empresarial responsable y una cultura inclusiva que promueva la igualdad de género como respuesta efectiva a la crisis.
  • Diseñar paquetes de medidas de recuperación económica que reconozcan y valoren los empleos y el trabajo no remunerado de cuidado de personas, y proporcionar suficientes guarderías infantiles de calidad.
  • Incluir a las niñas en los programas de aprendizaje y desarrollo de las competencias durante la crisis y después de ella.
  • Recopilar estadísticas y datos relacionados con el género, para fundamentar la respuesta a la crisis y los planes de recuperación.
“La pandemia del COVID-19 ha puesto de manifiesto la función siempre esencial de quienes con su trabajo heroico brillan en esta crisis sanitaria”, señaló el Director General de la OIT, Guy Ryder. “… Personas que suelen ser invisibles, subestimadas, e incluso ignoradas. Hombres y mujeres que trabajan en la sanidad y en la prestación de cuidados, la limpieza y las cajas de supermercados; los cuidadores no remunerados intrafamiliares y de la comunidad (buena parte de los cuales son mujeres), a menudo, trabajadoras migrantes, y con demasiada frecuencia pertenecientes al grupo de trabajadores pobres y en situación de fragilidad.”

Ryder exhortó a que tanto la respuesta al COVID-19 como la recuperación, “se centren en las personas”, para enmendar esas injusticias y forjar una “normalidad mejor”.

La Directora Ejecutiva de ONU-Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, dijo que la pandemia “ha provocado una crisis que trasciende lo sanitario y cuestiona aspectos fundamentales del modo en que hemos organizado las estructuras sociales y económicas. Las mujeres ganan menos, ahorran menos, tienen empleos menos seguros, y tienen más probabilidades de estar trabajando en la economía informal y, en consecuencia, de tener un nivel inferior de protección social. Insto a los líderes congregados en la cumbre virtual del G7 a que lo reconozcan expresamente, y a que al responder al COVID-19 se propongan con determinación y contundencia, revertir estas desigualdades de larga data, a fin de crear sociedades inclusivas, justas y más resilientes”.

En palabras de Hilde Hardeman, Jefa del Servicio de Instrumentos de Política Exterior (FPI) de la Comisión Europea: “A juzgar por las consecuencias para las empresas propiedad de mujeres, la carga que están afrontando durante la crisis, y el aumento de la violencia por razones de género, cabe afirmar que la crisis del COVID-19 tiene un sesgo de género; sin embargo, la crisis provocada por el coronavirus también representa la ocasión de reconstruir mejor. Ahora, nuestros esfuerzos deben centrarse en situar a las mujeres en el núcleo de la recuperación.”

Con antelación a la cumbre virtual de dirigentes del G7 a celebrarse entre el 10 y el 12 de junio de 2020, se pondrá a disposición un resumen del debate.

Para mayor información y análisis de las repercusiones del COVID-19 en materia de género, sírvanse remitirse a: